sábado, 9 de agosto de 2008

Guillermo en el corazón


Ayer el día 8 del mes 8 del año 8, a las 8 de la noche, estaba entrando en el portal del corazón de este hombre llamado Guillermo Anderson. Estuve en su concierto dentro de la programación de los 29 años del Teatro la Fragua, una institución hondureña que ha colocado en el mapa de la cultura y el arte a El Progreso. En su sede modesta y rodeada de lo que fueran las instalaciones de un club social de las bananeras, con la lluvia como acompañante, Guillermo hizo de la noche, un momento mágico. Mi referencia de Anderson, está atravesada por la relación que existió en el 2006 entre nuestra organización y el canta-autor, en la inauguración de la exposición "Fotos de mi pueblo". Un proyecto emprendido por Ana Luisa Ahern, fundadora de OYE, como una herramienta para que los niños y niñas, en esa época vinculados a la organización, tuvieran auto-conciencia de su potencial creativo y de la realidad de sus vidas. Guillermo fue el artista invitado al concierto que inauguró la exposición en la Casa de la Cultura. Ayer reconocí el talento de Guillermo que tanto comentaba Justin Otero y Ana Luisa y no sólo eso, encontré a un ser humano maravilloso. En su manera sencilla de interactuar con el público, en la introducción que hace a los temas de sus canciones, en la lírica de sus principales temas. Guillermo Anderson le canta a la vida, al amor y mucho más. El canta-autor es la conciencia social hecha música de Honduras. En sus canciones promueve la educación, la igualdad entre hombres y mujeres, el amor por el verde y la invitación a respetar este lugar bañado de naturaleza con sus zonas emblemáticas como la biosfera del rio Plátano, los rios de la Moskitia. En fin, es un promotor de lo positivo, lo bueno, lo hermoso que hay en este país. El mensaje es sencillo. Reconozcamos la ríqueza, la belleza, la bondad, la diversidad, la capacidad de ser cada día mejores. Guillermo Anderson con su voz, puede sembrar una semilla de esperanza en el corazón de quien lo escucha. En mi corazón quedó plantada y con ella, la sensación que mi corazón creció. Ahora tiene el tamaño y forma de Honduras. Gracias Guillermo!

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