martes, 2 de julio de 2019

Así es la vida

"Pattabhi Jois dice " el cuerpo es solo una casa prestada". A través de la práctica de hatha yoga, mantenemos la casa limpia y saludable para que perdure, y al mismo tiempo refinamos nuestra conciencia de manera que podamos darnos cuenta que lo que muere es la cubierta externa. La esencia permanece". Fuente: Yoga journal.
Grupo de practicantes en AmaYoga, Diciembre 2018

¿Alguna vez será posible discernir lo que entraña el misterio de la muerte?  ¿Será que a las personas que nos dejan, las visita el ángel de la muerte en una especie de anunciación de "desalojo inminente" de la casa prestada como le llama Pattabhi Jois a este cascarón que nos contiene?

Me gusta pensar en la vida y en la muerte como un viaje. Me gusta imaginar que cada mañana el boleto se renueva automáticamente para otro trayecto que debemos vivir con la curiosidad de quien explora un mundo nuevo. Me gusta creer que todos los días, al dormir, morimos un poco y al rayar el alba, resucitamos en la magia de un presente en el que todo es posible. Incluso la muerte. Así le pasó a una amiga entrañable a quien apreciaba y respetaba. Entró en ese tiempo profundo del no retorno.

Su partida, me ha puesto a elaborar un poco este tema de dejar el cascarón, porque al hablar de la muerte, la parca, como quiera que le llamemos, en vez de asustarnos, deberíamos valorar y honrar de manera gozosa a su hermana: la vida.  Ya lo decía Freud, estamos inmersos gravitando entre la pulsión de vida, Eros, y la pulsión de muerte, Thanatos. Tenemos la vida, haciendo el contrapeso a la no vida e inclinándonos para que decidamos, cómo la enfrentamos y cómo la clausuramos. Es decir, en el ciclo de vida-muerte-vida en el que oscilamos tenemos las llaves para abrir y cerrar la "casa prestada" con gratitud, alegría y mucha sabiduría. 

En el Orquideorama, celebración Día Internal. de Yoga
Hay una postura o asana en el yoga que se denomina Savasana o postura del cadáver. Es una de las que se utiliza generalmente al final de una sesión o clase. Esta postura, no tiene secreto ni truco. Se trata de extenderse sobre el tapete con plena conciencia del cuerpo y lentamente, dejar que se relaje; la respiración agradecida, recupera su ritmo normal y los músculos y toda la estructura corporal, entra en contacto con la tierra. Es una postura que para muchas personas, significa eso: "fundirse con la tierra". Para otras es una asana donde se integra la experiencia vivida y el cuerpo siente los beneficios de todo el proceso mientras descansa. Para mi es una especie de entrega, de rendición. Y así, con un silencio reverencial se acaba el esfuerzo, se aleja la acción, nos rendimos ante la vida y quedamos suspendidas. Muertas.

Esto convierte al yoga en una disciplina única porque dentro de su rutina incorpora a través de un un ejercicio tan simple, la postura del cadáver, la presencia constante de la impermanencia de los seres humanos. Una verdadera campeona esta práctica que, al hacernos sentir vivas, respirando, nos convoca al minuto siguiente, a recordar que somos materia inerte en busca del origen. Entre más comprendamos esto con el cuerpo, más entenderemos que así es la vida. No es lisonjera ni caprichosa, sencillamente ES.

Buen viaje amiga. No dudes que tu esencia permanecerá entre quienes te conocimos.


2 comentarios:

Ana Maria Gomez dijo...

Muy importante reflexión. En este y en todos los momentos. Gracias por tu aporte y el homenaje a la amiga. Abrazo.

Elvira dijo...

Excelente reflexión sobre la pulsión vida muerte. Muy bien escrito y refrenciado.