jueves, 8 de octubre de 2020

Las mujeres, la otra cara de la historia. Entrevista con Elvira Sánchez- Blake.

Elaboración de preguntas Sandra Erika Gómez O. y Ana María Gómez V. Edición y revisión final Sandra Erika Gómez O.

PALABRAS CLAVE: mujeres, paz, memoria

Elvira Sánchez Rueda o Elvira Sánchez-Blake es autora de varios libros de corte académico y de ficción y de numerosos artículos en revistas y libros profesionales. Ha transitado muchos caminos, incorporando en los más recientes una causa que algunas personas podrían calificar más como una obsesión: contar, dar voz a quienes la historia oficial no escucha. “Asumí la causa de la contrahistoria, la de ver el lado opuesto del discurso oficial para cuestionarlo y darle voz a los que ocupan el otro lado”. Ha trabajado con colectivos colombianos como la Ruta Pacífica de las Mujeres, las Mujeres por la Paz, la Asociación de Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de  Mampuján, Sembrandopaz (1) que se encuentran realizando también la tarea de hacer contrahistoria, paz y memoria.


Elvira Sánchez Rueda/Blake en sus propias palabras ¿Quién soy yo? " La respuesta formal es que soy una periodista, académica, escritora. Autora de varios libros de corte académico y de ficción y de numerosos artículos en revistas y libros profesionales. He sido  profesora de varias universidades: Cornell University y Michigan State University en los Estados Unidos; en la Universidad Autónoma de Yucatán en México y en la Universidad del Valle en Colombia. Debo decir que mi historia tiene dos identidades. Soy Elvira Sánchez Rueda cuando estoy en Colombia y Elvira Sánchez-Blake en Estados Unidos.  Vivo en dos mundos, dos idiomas, dos culturas. Escribo en dos lenguajes: el académico y el creativo; en inglés y español. Mis libros se traducen y se conocen en varias latitudes. Sin embargo, en esencia soy una sola con un derrotero: trabajar por la paz del mundo y por la justicia social".

P. Elvira, háblenos de una mujer inolvidable.

ESB- Una mujer inolvidable, a nivel personal, es mi madre. Ella fue mi modelo como eje fundamental, con su función de simiente, árbol madre, que dispersa a su alrededor el nutriente de la vida. A nivel profesional, mi mentora académica, Debra Castillo en la Universidad de Cornell, de ella aprendí a compaginar las aspiraciones personales con las profesionales. Otra gran mentora ha sido la profesora de la Universidad del Valle, en Cali, Gabriela Castellanos. La veo como modelo a todos los niveles, como feminista, activista, luchadora, escritora y excelente profesora.

En cuanto a escritoras, reconozco a figuras como Rosario Castellanos, Gioconda Belli, Mayra Santos, Cristina Rivera Garza, Sabina Berman, Luisa Valenzuela y Laura Restrepo, quienes me han guiado y formado en mi escritura. Como artista, destaco a Violeta Parra, compositora cantante y activista, que marcó una pauta en el ámbito latinoamericano. Por último, las lideresas colombianas, a quienes admiro profundamente por su labor, Juana Alicia Ruíz, de Mampuján y a doña Ludibia, presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo (AFAVIT).

P. Cuéntenos una imagen de su infancia

ESB-Hago parte de una familia numerosa. Éramos ocho hermanos. Compartíamos la pasión por la música (mi padre era un gran músico), el arte, la literatura. Fui una lectora ferviente desde pequeña. Uno de mis pasatiempos era recopilar los cuadernos que dejaban mis hermanos con páginas en limpio para llenarlos de historietas. Me inventé una serie de historias con personajes y situaciones. Trazaba los recuadros y dibujaba cada uno con diseños, diálogos y expresiones que copiaba de las revistas de comics. Así relataba historias complejas a lo largo de los cuadernos. Los compartía con mi hermana, que era mi fiel lectora. Luego, me decidí por escribir diarios y relatos. Inventé una clave para poder decir lo que se me ocurriera sin ningún tipo de censura. Esa clave la mantengo hasta hoy. Me permite expresarme dando rienda suelta a mis ideas sin limitarme.

P. ¿Qué la conmueve?

ESB- Muchas cosas me conmueven. Actualmente lo que más me conmueve es la injusticia a todo nivel.  Los actos atroces que están ocurriendo a nivel mundial: el racismo, la marginalización, la exclusión, la violencia, me horrorizan y siento que no me puedo callar. En Colombia me apena ver cómo se desploma un proceso de paz que se logró con tanto esfuerzo, en especial por parte de las organizaciones sociales. Me conmueve ver que se repitan los mismos esquemas de injusticia que llevan operando doscientos años en el país.

P. En su experiencia de vida puede decirnos ¿qué se necesita para escribir?

ESB- Hay muchos factores que influyen en la escritura. El primero es el deseo de escribir, el impulso ferviente de plasmar en palabras ideas, historias e inquietudes. El segundo, es formación. El oficio de escribir conlleva una labor permanente de leer, componer, ejecutar y revisar, revisar y revisar. Y por supuesto, disciplina y concentración. Considero que la capacidad de analizar y de escribir con conciencia crítica es fundamental.

P. ¿Existe una escritura específicamente femenina?

ESB- Ese tema es muy debatido entre las teóricas feministas. Luisa Valenzuela plantea que la escritura de la mujer parte del cuerpo como sitio de enunciación para crear un lenguaje fluido propio y auténtico.  Yo me adhiero a este concepto en el sentido de la apropiación de un lenguaje femenino. Sin embargo no descarto que la literatura debe ser universal, para no caer en categorías esencialistas.

P. ¿Qué puede decir acerca del feminismo?

ESB- Creo en el feminismo y me considero feminista. El movimiento feminista ha sido fundamental en remecer estructuras centenarias de dominación masculina. El feminismo ha permitido que las mujeres se concienticen sobre sus derechos como seres humanos, y estos derechos incluyen ser dueñas de su cuerpo, de su deseo y de la capacidad de decidir sobre su sexualidad, sus parejas y su reproducción. El feminismo ha permitido que las mujeres tengan acceso a la educación y a formar parte de los sectores económicos, políticos e intelectuales del mundo. Las mujeres se han dado cuenta de que tienen capacidad de pensamiento, de liderazgo y de productividad. Un elemento muy importante es que se ha revelado el gran aparato de abuso y violencia sexual a nivel de la sociedad, el cual se está empezando a  visibilizar y a desmontar. El feminismo debe ser transversal y contemplar los derechos de las poblaciones que sufren marginación y exclusión.

P. Como estudiosa de tantos testimonios de mujeres y de sus organizaciones y de quienes han vivido el trauma del conflicto y la guerra, podría contarnos ¿ qué ha encontrado en común?

ESB- El cuerpo es el eje esencial en todos ellos, sean estos narrativas o repertorios simbólicos expresados en manifestaciones culturales o artísticas. La urgencia de plasmar una memoria que permanezca y que toque los puntos sensibles de una población. La identificación de los lectores o espectadores ante esa manifestación de la memoria para crear conciencia y acción.

En mi libro Patria se escribe con sangre, yo sostengo “Los conceptos  mujer y patria se entrelazan alrededor del concepto cuerpo. El cuerpo obra como el eje alrededor del cual gira la conciencia política y la búsqueda de identidad de la mujer. El cuerpo es un instrumento de poder, pero también de agresión; es el objeto del encarnizamiento de la violencia, y es igualmente, la permanencia, la memoria de los que mueren o desaparecen. Es a través del cuerpo que se da la búsqueda de identidad de la mujer, pero es asimismo la máscara que oculta o representa sus múltiples roles” (Patria, 11). Es además, el sitio de resistencia y de poder como sujeto que sobrevive y se convierte en agente de comunidades y colectividades.

P. ¿Qué rol juega el arte en la construcción de la memoria de los pueblos?

ESB- El arte es una forma de visibilizar y crear conciencia alrededor. Y sobre todo, para las mismas víctimas de reivindicar su dignidad. Muchas de las víctimas no se han atrevido a hablar durante años sobre sus experiencias porque se sienten humilladas, aisladas y señaladas en su dolor. Es decir, se encuentran inmersas dentro el trauma. Cuando son capaces de expresar lo ocurrido dentro de una colectividad que les reconoce sus derechos y que le da valor a sus experiencias, su percepción cambia. Ya no son víctimas. Se convierten en sujetos y esto las dignifica y las convierte en agentes de su propio destino.

P. En un material reciente que leímos sobre Resistencia Civil, se señala cierta similitud entre los métodos no violentos de la resistencia civil en lo cultural y lo simbólico con lo que usted y otros autores/autoras denominan, repertorios simbólicos o nuevas formas del testimonio a través del teatro, la danza, el canto, las puestas en escena, las exposiciones, las acrobacias, el humor, el performance. Tienen la característica que son efímeros y muchas veces espontáneos. Estos métodos lentamente y con persistencia, se van volviendo parte de la táctica de acción no violenta que los movimientos sociales usan para erosionar la dinámica de poder existente (recordar Las Madres de la Plaza de Mayo, Mujeres de Negro, etc.). ¿Cree usted que el arte confronta las dinámicas del poder y eventualmente pueda llevar al cambio social?

ESB- Yo utilizo las definiciones de Diana Taylor (2) que conllevan las mismas conceptualizaciones en cuanto a utilizar los repertorios efímeros, sean estos teatro, danza, canto o puestas en escena, para confrontar las dinámicas de poder. Estos a su vez se convierten en conocimiento y transferencia de información. De esta forma, el repertorio en cualquiera de sus formas se reproduce y continúa de generación en generación. Por supuesto, las Madres de la Plaza de Mayo, las Mujeres de Negro, las Arpilleras (3), Las Dignas (4), todos estos grupos de organizaciones femeninas, han sido modelos de una protesta no violenta utilizando repertorios simbólicos de memoria, para visibilizar los horrores perpetrados contra naciones enteras.

Diana Taylor habla de un “ADN del performance”, definida como una “práctica que persiste y participa en la transmisión de conocimiento e identidad” (The Archive, 174). Ella utiliza el ejemplo de las Madres de la Plaza de Mayo, quienes usaron la “presencia” de sus hijos desaparecidos (fotos, objetos, muestras de ADN), sobre sus cuerpos durante las marchas para demandar respuestas sobre su paradero.  A su vez, los movimientos que les siguieron, Abuelas e H.I.J.O.S., establecieron una cadena de presentación y representación que continúa hasta ahora.

P.  Elvira, cuál sería su mensaje a las mujeres que han sufrido violencias.

ESB- Todas las mujeres hemos sufrido violencias. Muchas veces no nos damos cuenta. Empecemos por ser conscientes de nuestros derechos y de las responsabilidades que tenemos con los otros. El reciente proceso de paz en Colombia nos enseñó que es posible unirnos como colectividades en torno a una causa. Esta integración de valores, saberes y poderes hizo patentes las opresiones que vivimos en la sociedad. Esta cruzada debe seguir adelante. Debemos ser solidarias para luchar contra cualquier tipo de opresión e injusticia. Los tipos de  violencias sexual y doméstica son unos de los males más endémicos que experimentamos como sociedad. Las que las sufren deben denunciarlas; las que las trabajan en organizaciones deben apoyar y orientar a las víctimas; las que tienen la capacidad de visibilizarlas a través del periodismo, la academia, la escritura, deben condenarlas desde todos los foros. Las que tienen acceso al poder político, deben influir en las decisiones que condenen y sancionen la violencia en todos los ámbitos. En nuestras propias familias y círculos sociales, trabajemos por cambiar los patrones que propagan comportamientos violentos y los perpetúan.




 (1) La Ruta Pacífica de Mujeres es un movimiento feminista con accionar político de carácter nacional, que trabaja por la tramitación negociada del conflicto armado en Colombia y por hacer visible el impacto de la guerra en la vida y cuerpo de las mujeres, recuperada de https://rutapacifica.org.co/wp/quienes-somos/Las Mujeres por la Paz nació como grupo de apoyo para garantizar la búsqueda del espacio político para la mujer, recuperada de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-125504. La Asociación de Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Mampuján es el nombre de la iniciativa liderada por mujeres desplazadas y víctimas de la violencia sexual que trabaja por la reconciliación del país, recuperada de https://fundacioncompartir.org/noticias/mujeres-tejiendo-suenos-sabores-de-paz .Sembrandopaz es una organización comunitaria, sin ánimo de lucro…tiene como tarea facilitar la construcción de los valores de una cultura de paz a través de la conformación y consolidación de organizaciones de base, recuperada de https://www.sembrandopaz.org/quienes-somos/about-us/

(2) Taylor, Diana. The Archive and the Repertoire.  Durham and London: Duke UP, 2003.

(3) Las Arpilleras son una manifestación de artesanía comunitaria surgida durante la dictadura militar de Chile. Estos bordados eran realizados por grupos de mujeres —las arpilleristas— que plasmaban en sus obras, a modo de comunicación y denuncia, la búsqueda de sus familiares detenidos desaparecidos y otras temáticas sociales durante la dictadura de Augusto Pinochet. Recuperada de https://es.wikipedia.org/wiki/Arpilleras

(4) Las Dignas somos una organización política feminista que surgimos en el umbral del período de los Acuerdos de Paz – 14 de julio de 1990 – muchas de las que integramos la Asociación fuimos afectadas directamente por el conflicto armado, y durante más de una década de pos conflicto hemos desarrollado procesos intensos con miles de mujeres en apoyos terapéuticos que han contribuido a superar las afectaciones por las pérdidas de familiares y las pérdidas materiales. Recuperada de http://www.lasdignas.org.sv/quienes-somos/




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