domingo, 20 de septiembre de 2015

Otro mar, otro descubrimiento

Está finalizando Agosto. Estoy en la Finca La Aurora, donde Yos, en Santa Marta. Llegué y apenas estoy viendo a dónde. No hay luz, escribo esto a punta de vela. Inevitablemente me habita la nostalgia del padre ido, quien me llevó a conocer tantos lugares y me enseñó tantas cosas nuevas. Me pasará siempre que llegue a un sitio nuevo. Voy a dormir con la expectativa de mañana, ante una hormiga partida en dos. Supe que mañana viene un mamo arhuaco. Guauuuu, no me lo esperaba. Siiiiii
Dormí de manera interrumpida. Me desperté varias veces a reacomodarme en la cama que todavía no me apropio. Llegué a un sitio recóndito. Encontré una celebración de cumpleaños de un norteamericano alojado aquí, que se llama Peter y me recibió pastel de chocolate en la mesa de la cena, con Carolina (la compañera de Peter), Nicole y Gabriela (hermanas), Yos y Claudia (dueños del lugar) y Yolanda (cocinera).
Tomé el menú del día con gusto: sopa de remolacha, róbalo al ajillo, arroz integral, lentejas, ensalada con habichuelas asadas y jugo natural de piña.
Luego con el pastel se sirvieron las aguas aromáticas y me dejé encantar por la de jengibre.
En la sobremesa se empezó a hablar el tema cultural, antropológico de los kogui, los arhuacos y demás grupos indígenas de la región. Entonces se habló de Ludovico, un mamo que nos visitará hoy y bueno pienso, qué interesante! Llamaré suerte esto de estar en el mismo sitio que un verdadero líder espiritual. Suerte? Sincronicidad, coincidencia lo que sea, me gusta. Cómo me gusta estar escribiendo esto sobre y al final de un laberinto. Feliz y bendito martes 25 de Agosto.


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