Una taza de café con jengibre a punto de terminar. Una mesa en franco desorden y una pila de libros esperando en mi cuarto. La vida esta semana -- que aquí en Honduras es de vacaciones para los estudiantes y de medio descanso para nosotros los del equipo de OYE-- tuvo muchas pequeñas revoluciones. La razón esencial, una visita de una vieja compa de Colombia. María Eugenia Betancur, mujer, amiga, madre, feminista, y ahora, cooperante internacional en Nicaragua. La trajo su alma viajera, cargada de conversaciones, recuerdos, risas y rones. Nos pusimos al día en la vida vivida desde lugares distintos, en los que siempre tangencialmente nos encontramos. Los escenarios, las organizaciones de mujeres feministas en Cali. Me encantó compartir con ella y su familia amorosa, Olmedo, Camilo y Emmanuel.
En el aire, la promesa que ahora que somos vecinas de país, nos encontremos para intercambiar realidades, análisis, aprendizajes. Los personales y los colectivos. Quizás podamos inclusive ver cómo las dos organizaciones, en las cuales estamos trabajando, pueden dialogar para enriquecerse y apoyarse. Y así, que los libros esperen, el desorden se acumule en las mesas, esta taza de café a punto de terminar se llene nuevamente, mientras le deseo a Maria Eugenia y familia un buen viaje de regreso!
No hay comentarios:
Publicar un comentario