miércoles, 21 de marzo de 2018

Adaptarnos para existir?

Siempre me ha parecido interesante la figura de pelar la cebolla, y las muchas veces que es usada en el lenguaje como algo que nos va a servir porque al hacerlo, se nos va a ir revelando una verdad o vamos a hacer un descubrimiento. Las pasadas semanas he vivido situaciones que han actuado como capas delgadas de una cebolla, que se ha ido desnudando para, sin lágrimas, y con un poco de humor, llegar a la conclusión que en nuestro país, Colombia, arrastramos una tendencia natural al conformismo y la no exigencia de lo que nos es propio. O lo que nos merecemos.

Lentamente este conformismo y no exigencia, se va volviendo una cultura y la cultura se fija en los cuerpos, como un vestido que de tanto usarlo, se va pegando y va adquiriendo las formas de nuestra complexión física, mental, y espiritual. Nos a d a p t a m o s lentamente. Vamos cayendo en un foso, de no-decir, no-protestar, no-confrontar, no-desobedecer a un sistema de comportamientos inapropiados que se exhiben en muchas partes y en cotidianas interacciones. Por ejemplo, ir a un restaurante donde, quien te atiende, no lo hace bien; la comida se demora y cuando es servida, sin respetar el turno de llegada, es poca y te deja, con hambre.

Este es un ejemplo sencillo, que habla de una cultura del servicio al cliente, que está grave. Entonces, cuando te das cuenta, tienes opción de: a) callar por un supuesto deseo de no confrontar a quien te atiende; b) pararte e irte; c) observar y tomar nota mental, de todo lo que estás viendo y que no se debe hacer, para luego, en una forma de evaluación directa, expresar tu insatisfacción.

Y así hay mil y una historias de una serie de servicios que se ofrecen, incluídos, los públicos, por los que estás pagando, y estás sintiéndote extrañamente insatisfecha como persona. Qué hacer? La cultura te dice, es mejor, no hablar. La estrategia del silencio, en últimas, normaliza situaciones que no son adecuadas y, trae como resultado a largo plazo, que nos adaptamos a lo que no nos gusta. Pasamos de no acción en no acción, a una aceptación tal del estado de las cosas como no deberían ser... 

Desentrañé después de unos días, con mucho aire y algunas carcajadas, que detrás de esta lógica de "calladita se vé más bonita" caemos muchas veces, y estamos siendo así, programadas, para desactivar la capacidad de exigir, porque tenemos derechos y porque no debemos soportar ni adaptarnos a un estado en que las cosas no se ajustan a nuestro merecimiento. El discurso de los derechos humanos tiene que cruzarse con este discurso del "yo merezco", "yo importo", "yo recibo con gratitud", más allá, de la tradicional frase: "yo pago y por eso, necesito un buen servicio". EUREKA. La vida merece ser vivida en tono "yo merezco".

Santa Marta, merece" Foto: Sandra Erika, of course!


lunes, 12 de marzo de 2018

8 de Marzo, 2018, Escenarios propicios? Ego "lastimado"?

En medio de una emoción arrolladora este 8M soñé en un evento y en mi participación en él. Una sencilla charla sobre los poderes invisibles de la mujer, tomó forma en mi cabeza y después de 9 versiones, salió una presentación final que esperaba poder compartir en un ambiente rural, en la zona cafetera de nuestra geografía. Era una charla de 30 minutos aproximadamente.

Somos cafeteros y cafeteras. Somos montañas con el verde resplandeciente de montones de arbustos de café, que se transforman no por arte de magia sino por un proceso con sus bemoles en aromáticas tazas que degustamos en nuestros cafés favoritos. La zona o eje cafetero, se ha convertido en una región de turismo creciente en nuestro país, una parada obligada entre los visitantes nacionales y extranjeros. Un "must see" como diría el sitio web tripadvisor o el lonelyplanet, ya que existen atracciones como parques temáticos y pueblos enteros dedicados a rendir un homenaje al paisaje cultural cafetero.
Foto tomada por Sandra Erika Gómez O.

Foto tomada por Sandra E. Gómez O.

Foto tomada por Sandra E. Gómez O.


La joya emblemática en la ruta es el parque Nacional del Café que ofrece ensoñadoras imágenes y multitudinarias actividades para sentirse parte de una tradición que atraviesa municipios que son parte de departamentos como Quindío, Risaralda, la región norte del Valle del Cauca etc.
Foto tomada por Sandra E. Gómez O.

Uno de estos municipios, fue el escenario que se dispuso a recibirme el pasado 8M en el día internacional de la mujer. Fuí invitada por un consejo de mujeres y como persona, profesional, juiciosa y aplicada, me "armé" de palabras y figuras del lenguaje para llevar un mensaje que pudiera ser como una semilla para iluminar y florecer la conciencia de las mujeres. Lo que sucedió en el momento de realizar este soñado compartir, fue un poco extraño. Algo caótico y bizarro. Sin embargo, nada que no pueda ser recordado como una buena lección de vida. 
Como muchas de las celebraciones que se tienen en esta fecha en la que tratamos de honrar la memoria de tantas mujeres que nos han antecedido con esta lucha y revolución de 3 siglos ya.
Entonces empiezo por reconocer que en mí hay una inmensa gratitud por la experiencia a las organizadoras y a mis amigas queridas, quienes me invitaron. Todas las que hicieron posible que pudiera realizar este viaje y desplazamiento para entender las líneas que siguen, serán siempre mantenidas en mi corazón.
  1. En  general, el enfoque de estas celebraciones/conmemoraciones  promocionados desde las entidades territoriales como las alcaldías de los municipios, es cultural y artístico. Es una oportunidad para alegrar las vidas y los días de muchas mujeres que de lo contrario, pasarían quizás, en sus casas, viendo las pantallas de televisión o escuchando la radio. Dentro de este enfoque, se trata de entretener, divertir y ofrecer esparcimiento. 
  2. Cuando se tiene una ambición tan grande en el programa de un evento, siempre queda la pregunta: cómo hacer para estirar o expandir el tiempo y que todo, todo, como la peluquería gratuita, las canciones, los premios, los rituales de la ternura y las charlas educativas quepan, sin reventar los minutos que conforman una hora? 
  3. La experiencia entonces enseña que: a) Ante contenidos nuevos, las mujeres, aspiran y quieren cosas como canciones y quizás, más canciones; b) De allí se deduce, que los espacios propicios para generar ideas que pongan a reflexionar  sobre las propias vidas, no pueden ser este tipo de eventos artísticos y culturales.
Me queda la pregunta: Será mi ego "lastimado" quién escribe? No creo. Es la noción de aprender y evaluar cada experiencia la que me pone a pensar que, también hubo de mi parte, el error de no hacer una consulta previa, sobre varios aspectos relacionados con el diseño y la naturaleza del evento en cuestión, al preparar mi participación en él.

En mi quedan las lecciones aprendidas y la sensación de pérdida de una oportunidad de inspirar y sembrar, un mensaje y conciencia distinta, entre mujeres, que podrían necesitarlo. Y claro, el sabor amargo de un buen café. Gracias vida!


Foto tomada por Sandra E. Gómez O.

Foto tomada por Sandra E. Gómez O.

jueves, 1 de marzo de 2018

Singularidad ES

Dedicada a Clarita, madre y bailadora.

A veces me pregunto por qué no aprovechamos más los parques y las plazas de nuestra ciudad, Cali, para hacer actividades al aire libre, como ejercicio, danza y otras? De inmediato la imagen en películas de países orientales con los árboles de cerezo florecidos con personas de diferente edad practicando Tai Chi o Chi Kung, me invaden.
Foto tomada de internet Asia Salud

No somos esos países ni culturas. La nuestra es una cultura que de ceremoniosa poco, y de privilegiar estéticos rituales, todavía menos. Nosotros no haríamos una ceremonia del té porque nos parecería que el tiempo entre los tiempos y pasos de la misma, es un tiempo perdido. En vez de estar haciendo gestos lentos y leves, nosotros, los estridentes y las desenfrenadas de este lado del mundo, BAILAMOS.


Sí, tenemos un pacto con la música, la rumba, la danza, la alegría. Hoy en el parque El Peñón, uno de los emblemáticos del sector Oeste privilegiado de Cali, por ser la zona cercana a los hoteles y al tradicional, barrio San Antonio, mientras movía todo el cuerpo y observaba, pensaba en lo singularES que somos en el país. 
Foto de Territorios Ciertos, tomada por Ana María Gómez

Nos convocan los pasos rítmicos del Jala Jala, o los suaves vaivenes de la milonga, y no nos seducen, las aglomeraciones como las marchas o las protestas para entrar en conciencia de alguna de las muchas causas sociales. Preferimos la montonera en los sitios de rumba y ahora, un poco más en los parques, porque somos solares, eléctricos, inconstantes, incausables. Vitales no dialécticos. Lo nuestro es estar entregados y entregadas paganamente a recordar que estamos vivas y que somos personas dispuestas a celebrar hasta la muerte con alegría.

NOTA: Clarita es una mujer de cerca de 70 años en la clase de baile en el parque El Peñon que antes de finalizar la rutina de estiramientos comparte que hoy 1 de Marzo, hace 32 años murió su hija, Juliana de 21 años en un absurdo accidente de tránsito en la carretera Cali- Buga. Luego de una pausa, nos dice que ella, cada día trata, como hoy jueves, dedicarle un minuto a ella de alegría, como el que siente al estar en la clase, porque sabe que a su hija le encantaría verla así, divirtiéndose. A la tristeza, nada. A la vida, todo. Namaste Clarita