lunes, 20 de diciembre de 2010

10 días en la estación AMIGAS en Brasil




Si. Estoy en pocas horas dejando Brasil para continuar mi VIAJE AL SUR....desde el 9 de Diciembre hasta hoy he estado en función del encuentro con amigas recientemente adquiridas, que sin embargo, parecen de toda la vida. Son Luciana, Samia e Ivone. Unas parceiras de la vida y del trabajo en mi última labor humanitaria, que aparecieron como un regalo sin empaque.
Allí estábamos, en Agosto 2010, en la entrada principal del hotel Forum de Luanda, riendónos del hecho que 3 meses que parecían eternos se terminaban,y se volvían un abrazo que perduró en el tiempo. Ahora 10 días compartiendo con ellas, han sido como un pestañeo rápido. Un click en el computador, o un flash en una cámara Canon. Un momento de reunión en dos tiempos que espero se repita en el futuro. Ya estoy proyectándome. Es mejor, mantenerme en el aquí y el ahora. En el reconocimiento profundo, que la amistad es una joya rara con brillo propio. Gracias amigas!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Entre cantos gregorianos, iluminaciones navideñas y estaciones de luz




























En tanto pasan los días en una ciudad que conocemos pero no visitamos hace tiempo y que recorremos con ojos nuevos, comienza a picarnos un bicho que nos deja entre felices y ansiosas. Felices porque estamos de vuelta allí y la vemos crecida y linda, y ansiosas porque desafortunadamente se va acabando el presupuesto y los días para seguir haciendo escalas y tener nuevos descubrimientos. Entonces hay que decidir bien, a dónde ir. Con quién encontrarse. Empiezo a hacer la lista de los imperdibles antes de continuar mi viaje.
Una visita al monasterio de San Bento donde los aprendices a curas cantan cantos gregorianos durante la misa y después uno puede comprar panes y pasteles elaborados con recetas benedictinas parece un lugar distinto y una experiencia además de espiritual altamente sensorial, que me convence de inmediato. La cita entonces es a las 7:00 de la mañana, en el monasterio. La llegada allí, de acuerdo con las indicaciones de la gente en el metro, es fácil. La misa ya empezó, y al instante, que los cantos gregorianos empiezan, sé que valió la pena la madrugada. La iglesia, que no dejan fotografiar -pero de la que subrepticiamiente logré una imagen de San Benedito - es un lugar de paredes amplias y arcos pintados en ocre, dorado y marrón.En el altar un trabajo de madera fino y un vitral gigante, que apenas deja traspasar la luz, completa la decoración y definitamente le da al templo un sello propio. Otro toque que lo vuelve único es que los santos y santas, están enmarcad@s por palmeras cargadas de frutos y por lirios erguidos como haciéndoles la guardia imperial. Entre las demas decoraciones hay muchos motivos orientales y de alguna manera una cierta extravagancia y contraste. Es como si quisieran replicar los detalles de un tapete persa que en vez de reposar en el piso estuviera colgado en todos los espacios, magnificando y ennobleciendo el cemento común y corriente.
La palabra encarnada, la comunión fraterna, la providencia, divina, presente y actuante en cado uno o una de nosotras, son palabras que el oficiente, nos dispara al centener de asistentes a la misa. Está bastante extenso y difuso el mensaje. Mi mente viaja; hago un esfuerzo, sin embargo, no puedo seguir la reflexión sobre el evangelio. Los caminos o cables se me cruzan y hago cuentos en mi cabeza. Cómo y dónde es que podemos conseguir el desayuno? En fin, voy de lo religioso a lo profano. De lo espiritual a lo mundano. Intercede por nosotras, virgen inmaculada. De repente, los cantos, los sonidos del órgano vienen y me rescatan. Me devuelven a esta escena.
En la continuación del día, si hubo comunión solo que no con la hostia bendecida sino con un pan benedictino comprado al lado de la salida de la iglesia y un café brasilero comprado en una cafetería próxima.Nos dirigimos después de la misa, que para nosotras, María Teresa y yo, terminó al darnos con todos los vecinos de la banca en la que estábamos el saludo de la paz, a tomar un café con el delicioso pan, integral y mullido como un muffin gigante, lleno de pasas y nueces.
Después de la zona de alimentación, visitamos la estación de la luz, y el museo de la lengua portuguesa. Aquí logré el extasis añorado en la iglesia. Esta vez a través de la palabra vuelta prosa y poesía de Fernando Pessoa. Me confieso profundamente ignorante de este escritor (http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Pessoa). E igualmente profundamente conmovida por la claridad de sus palabras y la contundencia de su desasosiego. Salí del museo con el convencimiento y la confirmación que para mi la literatura y la poesía son los nuevos evangelios. Los escritores y escritoras de su talla, son los que llevan los mensajes que queremos que modelen nuestras conciencias que parecen siempre de siglos pasados y en siglos nuevos emergiendo.
En la noche, el paseo obligado a través de la avenida paulista iluminada, me dejó el cansancio regular del día de los cierres y las despedidas. Bye-bye Sao Paulo. Adeus Sao Paulo. O mejor hasta la vista San Pablo, ciudad re-encontrada y resignificada.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Tres días de caminata por Sao Paulo








Hay varias maneras de conocer una ciudad. Una de las más institucionalizadas es a través de las oficinas de turismo y agencias de viajes. Otra a través de los mapas y programaciones presentadas en los periódicos o entregadas por la ciudad en especies de centros de información para el visitante. Otra la de sencillamente, dejar que la ciudad te busque y te encuentre. Mi estrategia ha sido una combinación de la segunda y tercera opción. En general, cada que me levanto, pienso en lo que no debo dejar de hacer, digamos que lo esencial y básico, y después me dejo llevar por el día. En algún momento, en el que más o menos me siento perdida, saco un mapa que me conseguí en uno de los centros de información turísticas de la ciudad y entonces retomo mi rumbo.
Me he encontrado entonces recorriendo distancias enormes, traspasando límites de barrios separados por viaductos y reconociendo, en los rincones cercanos de donde me alojo, personas, organizaciones y lugares maravillosos.
En esta parte de mi aventura, he contado con la compañía de María Teresa Arboleda con quien nos hemos entendido en el ritmo de nuestras pisadas. Nos encanta caminar y explorar.
Un día antes de encontrarme con María Teresa me fui sola al centro, al Mercado Municipal tentada por una especialidad paulista. El famoso sandwich de mortadela. Este es un bocadillo tamaño familiar que tiene como 500 pisos de mortadela y todas las calorias del mundo. Tomé una cerveza y me fui a explorar qué vendían además de este monumento a las carnes frías. Encontré variedad de viandas. De todo lo que se come en proporciones pantagruelicas. Quesos, carnes, pescados, especias, nueces, almendras, frutas y flores. Probé una fruta de la que olvidé su nombre pero que en su presentación y sabor es como una gran pitaya roja.
Al día siguiente del mercado, ya con María Teresa fuimos caminando al Barrio Liberdade que tiene un aire al barrio chino de Nueva York. Entre caminata buscando dónde almorzar y dónde tomar el omnibus que nos iba a traer de nuevo a nuestros respectivos lugares de alojamiento, nos pasamos mínimo 5 horas en movimiento.

Después aunque el cansancio era mucho, fui a cine. Este es uno de los lugares maravillosos encontrados en un radio de una cuadra de mi hotel. Allí en la esquina encubierta en pintura negra y vinotinto, está un local con 8 sala de cines, Bellas Artes, en la que pasan todo el día cine. Me encanta esta proximidad al séptimo arte, no buscada. Entonces entré a ver una película documental llamada José y Pilar, que cuenta la historia de vida-amor de José Saramago y su esposa española, periodista. En la película que nos lleva al agite de vida de un premio Nobel con más de 80 años, al que ante la pregunta sobre qué siente que le hace falta, ahora que ha ganado este premio supremo de las letras, y responde, tiempo, pensaba mucho en lo qué es el amor, entre una mujer joven y un hombre mayor. El amor entre un escritor y una periodista. El amor entre dos países y dos lenguas. El amor en la diferencia. De esta reflexión me surgió la idea que el amor es una suma para algunos que luego divide. Y para otros como en el caso de estos dos personajes, el amor es una suma de diferencias que después multiplica. Multiplica energías, intenciones, promesas. Multiplica sonrisas, abrazos, palabras.....
Recomendable entonces, la película José y Pilar. No recomendable para personas con una condición de sensibilidad a las grasas, el sandwich de mortadela paulista.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Llegada a San Pablo, Brasil, pasada por lluvia e inundaciones



Aquí estoy. Llegando a Sao Paulo. En la tarde después de las compras reglamentarias (víveres y tarjeta de teléfono), la ducha y la lectura de un periódico que conseguí en el aeropuerto, me puse a ver un poco de televisión. Vi un programa interesante sobre las tribus urbanas. Luego me puse a diseñar en mi mente, mi estadía en Sao Paulo. No tengo plan. No tengo agenda. Solo sigo mis instintos. Dispongo de tiempo, al menos de una semana, para disfrutar lo que ofrece esta ciudad que conocí hace años, en circunstancias muy distintas a las actuales.
Hoy me dediqué a recorrer la avenida Paulista, que es la más cercana al hotel. Esta avenida es de cierta manera una parte emblemática de la ciudad en una zona que se conoce como el nuevo centro. Al recorrerla me trajo recuerdos de algunas avenidas neoyorquinas. Le encontré un aire a la 5a avenida, para ser más exacta por aquello de tener concentrados los bancos, centros financieros, almacenes de cadena, agencias de noticias, etc. Encontré en medio de todos estos locales al Museo de Arte de Sao Paulo, el MASP, y en la parte baja del mismo, una instalación de unas escenas típicas de gente, en tamaño natural, como invitando al diálogo. Estas escenas personificadas por muñecos y muñecas, hacen parte de una campaña de prevención del cáncer que utiliza, el arte y la historia de vida, como ganchos para atraer la atención sobre el tema. Curiosos y curiosas, en medio de la instalación nos dimos cita para leer un poco la historia de doña Norma, por ejemplo.
Dentro del MASP, exposiciones sobre diosas y madonas, y una exhibición de fotografías de Win Wenders, titulada LUGARES, EXTRAÑOS Y QUIETOS, me dejaron con la sensación de la meta del día cumplida. Son fotografías de lugares inusuales enclavados en países como Japón, Israel, Armenia, Australia y claro la misma Alemania. Me llamó la atención la fotografía de un cementerio en medio de la selva de cemento de Tokio. Entre luces y contraluces, se destacan las tumbas, en pleno centro.
A la salida del MASP me encontré un cabezipelado que me abordó con un libro de manufactura artesanal con sus Haikus. Por la pinta me pareció budista. Le compré el libro por unos 9 dólares. Creo que me dejé convencer por su cabeza rapada. Otra tribu urbana? En fin, al hablar con él me dijo que más que practicante del budismo es un lector y estudioso de la filosofía budista. Cuántas maneras de re-presentarnos ante los otros a través de los discursos y no de las prácticas existen? Yo, como todo el tiempo, pienso que estoy en un ejercicio de autoconocimiento, me pregunto, y yo? Con cuántos vestidos-discursos me he engalanado para abordar el mundo?