He estado leyendo algunos blogs de otras personas, husmeando un poco los estilos de escritura y las aventuras que se empiezan a narrar allí. Leí el de Justin Otero en http://dcbros.blog.com/ con especial atención porque ,bueno, porque era el anterior director de OYE Adelante Jóvenes, porque se encuentra en un viaje a sus raíces ( viaja de mochilero desde Honduras hasta Bolivia, donde está su familia del lado materno) y porque entre los países que visita está mi amada Colombia. No he leído todavía ninguna línea en su blog sobre el paso por nuestra tierra, por mi país, al que cariñosamente llamamos, la tierra del Sagrado Corazón, donde todo es posible. Y creo que le tocó, si todavía está en mi país, un momento histórico: la liberación de dos secuestradas que llevaban más de 5 años en las selvas colombianas. Espero con paciencia sus relatos. Sin embargo, lo que quiero compartir hoy, es que leyendo su sitio, y otros, he reflexionado sobre la escritura que he venido haciendo en mi blog. Es tímida. Pretende ser noticiosa y en general, plana y aburrida. Y me pregunto por qué? La respuesta no viene fácilmente a mi mente. Creo que sufro de ciberfobía o cyberphobia?. Me angustia no saber quiénes me leen. Me anonada el hecho que estoy escribiendo para el mundo y este mundo no tenga rostros, ni nombres, ni historias que puedan volver a mi. Me gusta escribir. Lo vengo haciendo desde los 12 años, cuando en las largas caminatas por las montañas del Valle, mi departamento, me quedaba siempre atrás de mis primos, primas, hermano y hermanas. Y era porque frente a la montaña y en lo alto de una roca encontraba el lugar perfecto para escribir unas frases que describieran la emoción de ver aquel paisaje. Nunca recuerdo que escribiera para nadie. Era yo la lectora. Y probablemente estos cuadernos o libretas de mi infancia terminaron en la basura de uno de los múltiples trasteos que he tenido. Ahora, aquí en este blog, el ejercicio es distinto. Escribo porque me sigue gustando escribir pero no soy sólo yo la lectora. Los y las lectoras esos seres anónimos y algunos no tanto que me siguen, me asustan sin tener rostro ni estar al acecho. Bueno, exagero un poco.
Cualquiera que sea mi lector o lectora, creo que a partir de hoy quiero que sepa que mi relación con este blog, va a cambiar. Quiero escribir para mi. En un sentido liberador y un poco bajo el lema que me evoca el título de un libro que fue regalo de navidad de mi amiga Kathy, desde la médula ( Writing down the bones, freeing the writer within, de Natalie Goldberg). Así pues me lanzo en esta caída libre de la escritura que espero me lleve a ninguna parte, o quizás al centro de mí misma , que igualmente es parte ninguna (Guau!). Allí es donde está esta fuente de palabras que quieren salir como el agua buscando el río, o el río buscando el mar. Salud pues!
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