Aquí estoy: Es Julio 27 de 2015 (aunque en la entrada a este blog hayan pasado casi 2 meses) y estoy viendo llover con vista al mar Pacífico que se asemeja a un lago con pliegues de diferentes texturas. Un agua con texturas. Estoy en el archipiélago La Plata, Bahía Málaga, en el proyecto de ecoturismo comunitario, Ecomanglar. Una idea promovida por Janet Rojas que ahora analizo como una de las mejores ideas de los últimos tiempos. Vinimos con amiga común, María Cecilia Paz y con una sobrina adolescente de Janet, María José, muy calamada que suena bastante raro para la edad. Hemos estado desde ayer y hemos pernoctado en la Isla La Peregrina y ahora en la caseta comunitaria de La Plata. Una morada humilde, sin comodidades ni lujos. Su baño muy decente que para mi, es el criterio definitivo para estar o no estar en un sitio.
La vida es diferente aquí. La vida es otra cosa desde que a una la despierte un graznido de pavo. Y esto se siente así: día nublado, cargado de grises, azúl, verdes ópacos. Luz tenue y nada agresiva filtrándose por la ventana. El mar, un lago.
Estoy aquí. Vine por un entusiasmo y también porque pensé que estar en un viaje con amigas entrañables y solidarias, amorosas no es cuestión de todos los días. Entonces pude ver en este viaje más allá para encontrar los hilos que tejen la amistad más fuerte y resistente al clima y al temporal.
Hemos hecho paseos entre las quebradas, la selva, los esteros, toda una búsqueda de las caídas de agua y de los encuentros de las aguas dulces y las saladas. Pasamos fugazmente por Buenaventura. Hicimos una estación breve por esta ciudad que parece nunca recuperarse de la corrosión, la corrupción, la politiquería y la violencia de la inequidad y la pobreza.
Embarcamos y pasamos de Juanchaco a la Bahía Málaga y seguimos buscando más adentro las menudas islas del archipiélago.
La comunidad La Plata tiene 200 habitantes y trata de sobrevivir a las embestidas de los diferentes actores en sus intenteos por desterritorializarlos. Su apuesta, volverse un modelo de coturismo comunitario que se replique en todas las 6 comunidades que el archipiélago agrupa. Los personajes, son Santiago, líder del proyecto Ecomanglar. Aterrizado y probando su capacidad de gestión en diferentes escenarios.
Los anónimos, el señor que lentamente avanza en la construcción de una lancha o la canoa. Avanza lentamente porque no tiene afán. O el loco mayor que deambula por el pueblo y es responsabilidad de todos y todas. Vive con su nieto y roba cosas que ve desatendidas.
En la tarde el cielo se carga de racimos de nubes grises que lentamente como el constructor de botes avanzan y llenan de humedad el aire.
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