En un libro que leí hace ya algún
tiempo llamado La Magia del Orden, de Marie Kondo, ella hacía un ritual cada día
al saludar y despedir su espacio, un apartamento minimalista ubicado en la
congestionada Tokio. Eso que yo en su debido momento catalogué como animismo, me
pareció un poco ridículo al principio. Es decir, estos gestos de empezar a
imbuir los sitios y las cosas de espíritu a los que hay saludar y despedir, me
pareció un poco traído de los cabellos. Luego con el paso de los días, lo
reconfiguré y encontré que era otra forma de ritualizar la vida y me terminó gustando la idea.
En la última semana en Ciudad de
México me dediqué a ver los sitios que
recorría con ojo de despedida, y empecé a decirle adiós con una sonrisa, a las
estaciones del metro, las habitaciones que me alojaron y los vecindarios en los
que pasé varias temporadas. Mis amigas y algunas personas en los espacios
públicos, me miraban extrañadas. Y yo, tranquila. Inmutable. Ya pasé la edad en
que me importaba el “qué dirán”.
Para la recta final el destino viajero
me llevó a San Miguel de Allende. Llegué a esta ciudad tras tomar el bus de la
línea Primera Plus en un boleto que me pareció con un precio un poco alto pero
que al final como era el primero que utilizaba desde Marzo 24, fecha que inicié
mi periplo, acepté pagar con gusto.
Recibí al ingreso de este bus de
lujo, un sandwich en un pan “croissant”, con una botella de agua y una galleta
de chocolate. Un viaje con refrigerio, interesante, me dije. Sin embargo, lo
verdaderamente sorprendente fue que al ir a la parte de atrás buscando un baño,
me encontré un corto corredor que finalizaba con dos baños: de un lado, para mujeres y, del otro, para
hombres. Surrealista. No sabía yo que los buses de viajes interestatales
tuvieran estos privilegios.
Llegar después de cuatro horas a
San Miguel de Allende y tomar un taxi, con un conductor super amable para ir rumbo a casa de una gran amiga MaRía a quien conocí por esas casualidades - que nunca lo son realmente- en Austria, hizo que la jornada del día llegara a su fin con un buen toque.
Aterricé en un rincón de la ciudad después de transitar por callecitas empedradas que se volvían cada vez más estrechas donde me aguardaba la tribu urbana sanadora y pachamamica más genial de todas
las que he visto (casi la única que conozco). Había alboroto, música, ginebra, 3 gatos y un árbol notable
que sobresalía en el comedor al lado de la cocina y una terraza con vista a toda la ciudad. El diseño de la casa giraba
en torno a un jardín y es una muestra de una arquitectura alternativa
llena de bóvedas. En cierto momento
sentí que era una casa que parecía inventar, crear espacios cuevas-madrigueras acogedores
y comunicados por corredores y puertas. La casa está en una propiedad donde hay
otras 2 casitas con arquitecturas similares pero que se ven mucho más rectas en sus formas.
San Miguel, ciudad que apenas recorrí por un lapso corto de tiempo, me pareció una mezcla
entre la ciudad de Antigua en Guatemala, y Villa de Leyva, en Colombia. La gran diferencia es
que su entorno, clima y paisaje es desértico.
Esta foto le hubiera encantado a mi padre |
Foto tomada por Sicky |
En poco tiempo, se puede respirar
la esencia de los lugares. Este me deja intrigada. Hay muchas casas que son de extranjeros quienes vienen por épocas. La tarde noche se escurre y
viajo a una casa o rancho en la montaña alrededor de San Miguel. Hay polvo y
resequedad. La tierra parece una cáscara resquebrajada y los peñascos alrededor
son imponentes. El campo y sus ruidos se empiezan a meter entre la piel. Igual que la noche y el
tañido de las guitarras que hacen música con el viento.
Todas las tonadas me suenan un poco a música
andina, lo que me hace llenar de nostalgia. Me siento entonces lista para volver a
emprender el retorno a mi tierra…la tierra que según Carlos Vives, es la del
olvido.
Sin duda, las personas en México suelen ser amables. Acostumbran decir“salud” cuando estornudas y te desean “buen provecho” en los restaurantes y comedores públicos. En cuanto a las escenas callejeras, me quedé impactada con una de un vendedor de mini-girasoles en Condesa. Este personaje quien lleva en un acto de prestidigitación sobre la cabeza una caja llena de estos girasoles, pone mi imaginación a volar. Me transportó y entonces pude visualizar e imaginar que los girasoles le florecían y le brotaban del cuero cabelludo y que el tallo mayor, era su columna vertebral y que la savia, venía de su raíz, la energía kundalini y lo veía conectado a la tierra a través de las flores en su cabeza, cosas así de locas y de bonitas, me quedan de las calles de Ciudad de México.
So long México City, Puebla, San Andrés de Cholula, Teotihuacán, San Miguel de Allende.
So long amigas Carolina, María del Pilar, Jenny, MaRía y Sicky, Bety y Mauro, Gaby y familia. So long Mario.
So long Museo de Arte Popular donde entendí o donde me quedó claro que lo popular en México surge del sincretismo vigoroso de las culturas prehispánicas con las culturas invasoras y su búsqueda de una manera de representarse a través de algo que siga siendo auténtico y propio.
So long deliciosa gastronomía mexicana.
So long problemas mayores de México como país. En otras columnas de este mismo blog, indagando sobre las problemáticas urgentes de este país, no aparecieron dos que a mí me parecen de cuidado y atención. En México, hay un tema con los servicios públicos. Y estoy refiriéndome al agua y a las basuras. El H2O que llega a las casas no es confiable ni recomendable para el consumo humano porque la red de distribución está vieja y contamina el precioso líquido. Igualmente, no hay un sistema de recolección de basuras definido. Los carros, no sé si no son suficientes y no tienen horarios fijos, haciendo la entrega de los desechos una proeza. Casi hay que adivinar la hora en que dicha recolección sucede. Y aunque la ciudad está llena de avisos y advertencias sobre lo grave que es dejar las basuras en la calle, constituyéndose en un delito ambiental, la ciudadanía muchas veces no tiene una alternativa distinta.
So long tiempo de ser viajera y caminante de los sueños. Bienvenido tiempo de cerrar las páginas, clausurar este capítulo y empezar a escribir otros nuevos.
Nota: este viaje se realizó del 24 de Marzo al 24 de Mayo. Tuvo un intermedio en Mayo, del 2 al 17 en Miami, Florida, USA.
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