miércoles, 24 de mayo de 2017

El problema mayor de México

Así como existe el Templo Mayor me dí a la tarea en un comienzo de mi expedición a México y más concretamente a la Ciudad Capital, de preguntarle a la gente sobre el problema mayor del país.
Le hice rápidamente la encuesta entonces a los jóvenes que conocí utilizando un servicio de transporte compartido (Blablacar), la familia que cena junta en domingo al calor de un mole de olla, la señora que se sienta a mi lado en el bus que se llama aquí "pesero" porque cuesta 5 pesos... y así.
LA CORRUPCIÓN, con todas sus mayúsculas, aparece como el problema más apremiante.
No todo el mundo estuvo de acuerdo. Un joven rumbo a Puebla comentó que era LA IMPUNIDAD la que estaba fregando la vida del país: " si no hubiera impunidad, la corrupción no existiría. La gente es corrupta porque no tiene ninguna consecuencia, no hay castigo".
Las mujeres feministas que desde diferentes orillas realizan activismo piensan y sienten que el problema que está alcanzando niveles desproporcionados en el país es la VIOLENCIA DE GÉNERO Y SUS FEMINICIDIOS que aniquila mujeres cada día. Igual los feminicidas parecen ir por la vida sin consecuencias ni castigo alguno porque la impunidad, campea.

Precisamente asisto a una marcha de protesta contra esta violencia que trunca permanente vidas cuyo punto de partida es la Victoria Alada o Angel de la Independencia.
Me siento en las escaleras de este monumento emblemático de la ciudad y al aparecer los tambores hechos de plástico y al ver que empiezan a calentar los brazos las mujeres, sé que va a estar muy buena la movilización. Lástima que mi cuerpo con el cansancio acumulado me jugó una mala pasada y tuve que regresar a la casa, después de 45 minutos de espera a que arrancara la caminata por La Reforma.


Los mariachis en la plaza Garibaldi creen que el problema más grave es que LA CLIENTELA NO COMPRA rancheras como antes pues cada día es más difícil convencer a las personas que paguen por una canción 100 pesos mexicanos ( USD 5.35).



Sobre la plaza tendría que decir que estuve a la hora en que la noche empieza a arroparla y se veían toda suerte de personas: desde la vendedora de dulces típicos mexicanos hasta el borrachito que ya perdió la noción de lugar y espacio porque se encuentra durmiendo la rasca de hace dos noches. Por fortuna, los que están a nuestro lado en el Museo del Tequila y el Mezcal piden una pieza.

Para los que protestan en el Zócalo el problema mayor, es el COBRO INJUSTO DE IMPUESTOS
Y DE SERVICIOS PÚBLICOS...
En síntesis, el problema mayor de México es difícil de concretar. Me elude. Mi balanza se inclina con la cabeza, por el pensamiento que este Estado como el colombiano, está abrumado por la arraigada costumbre de una clase política y empresarial, queriendo más. Su voracidad intimida.
El corazón me dice, sin palabras, que este es un país que cada día resucita de entre los muertos y sale a hacer la labor de la hormiguita. A contribuír sin saber qué es el neoliberalismo, qué es la plusvalía porque todo es candela.




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