miércoles, 8 de julio de 2020

Réquiem por los cafés y ciertas rutinas

Si algo nos impone este tiempo raro* de limitada movilidad y distanciamiento social, es que nuestras rutinas sean reemplazadas por otras. 

En el oficio de escritura al que me he dedicado, en algún momento del día siempre estoy buscando un café para tomarme una taza de tinto, chorreado (como le dicen en Costa Rica) o colado fuerte, y después del primer sorbo, en el justo punto de calor y aroma, dedicarme a garabatear algunas ideas que poco a poco se van hilvanando con otras. Esta si se quiere rutina cliché del escritor o escritora, la he venido implementando desde hace años. Tanto así que cuando viajo, trato de buscar los lugares donde escritoras y escritores se iban a ver pasar la costura sobre, debajo y encima de sus pensamientos. 

En mis viajes al sur, en el pasado reciente y lejano, siempre estuve atenta para ir a hacer el "tour" por los cafés famosos como el London City, en Buenos Aires, del cual Cortázar era asiduo, y el Brasilero, en Montevideo, el cual Galeano inmortalizó y llegó a llamar su segundo hogar.



Foto: SandraE of course! London City Café, mesa donde se sentaba Cortázar a escribir.

Café Brasilero, Montevideo


En combo de amigas sentadas en una mesa en las que Galeano escribía.
En Cali, mi ciudad, los cafés que bien me han recibido, el café BC Coffee, el café Dulcinea y el Mulato café, están cerrados hasta nueva orden de la alcaldía municipal. Por eso, la marcha por un café para escribir, la he tenido que suspender, y la verdad, los días sin cafés a donde ir a sentarse a reflexionar la propia vida, son terriblemente insípidos. Las palabras para describir lo que nos pasa se atrincheran y aguardan en el abismo de las esquinas de las páginas en blanco. No hay como el placer del encuentro con los amigos y amigas, cara a cara, frente a una humeante taza de café colombiano, así no se escriba nada y se hable mucho.

No encuentro rutina de reemplazo posible para esta maravillosa atracción al café en los cafés, las palabras y las historias.  

* Llámese así, a un tiempo de virus, coronas y otras locuras a nivel mundial.

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