lunes, 2 de febrero de 2015

Es la ciudad, es la vida

Los domingos tienen su encanto. Algunos son perezosos y lentos. Otros tienen una cierta locura que se va apaciguando al caer la tarde. Este pasado domingo estuvo lento. Lo lento también es hermoso, parafraseando el título famoso "Lo pequeño es hermoso" de E.F. Schumacher. Con lentitud podemos observar y detallar los sitios por los que hemos pasado montones de veces sin detener la mirada en ese árbol o ese jardín que crece con cierto toque caótico en medio de las casas amontonadas y adormecidas. Allí parece que hay un nuevo mural y más arriba, un sitio para tomar café orgánico en San Antonio. Mi vida últimamente está matizada por un cierto toque de descubrimiento y caos. Una mirada que quiere encontrar claves entre las calles tantas veces transitadas. Una caminata para disfrutar la belleza de cada minuto, con lo que traiga. Sencillamente estar conectada con el instante y con lo que sucede a mi alrededor.
Por ejemplo, pude acercarme a un lugar que parece nuevo pero en realidad es una remodelación de un hogar infantil llamado Casita de Ruiseñores. El sitio ha quedado bastante bonito y moderno y tiene una placa que destaca el programa del gobierno de "Cero a Siempre" que atiende principalmente a la primera infancia. Recuerdo una conversación informal con una mujer del campo que tiene a su hijo pequeño asistiendo a uno de estos hogares infantiles y quien dice que le ha servido mucho para desarrollar las habilidades del lenguaje y motoras de su niño. Entonces pienso que en estos lugares se conectan las historias de vida de las mujeres y de la niñez que crece así como el jardín que descubro entre las casas del barrio.
En un abrir y cerrar de ojos, la noche se viene y se instala. La luna saluda. Está casi llena. Detenerse a observarla tomando como marco de referencia, el museo de arte moderno de la ciudad, se convierte en EL gran momento.
Una señora de sesenta y dos años, me pide dinero para transportarse. Más adelante un joven, quiere decirme algo en un murmullo ausente que no puedo entender qué es. Una chica camina, me mira y en sus ojos café profundo veo empozada la tristeza. Me doy cuenta entonces que ellos también son la ciudad. Sigo caminando ... la ciudad, la vida, todo seguirá ocurriendo y seguirá siendo eterno e instantáneamente nuestro.

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