jueves, 1 de marzo de 2018

Singularidad ES

Dedicada a Clarita, madre y bailadora.

A veces me pregunto por qué no aprovechamos más los parques y las plazas de nuestra ciudad, Cali, para hacer actividades al aire libre, como ejercicio, danza y otras? De inmediato la imagen en películas de países orientales con los árboles de cerezo florecidos con personas de diferente edad practicando Tai Chi o Chi Kung, me invaden.
Foto tomada de internet Asia Salud

No somos esos países ni culturas. La nuestra es una cultura que de ceremoniosa poco, y de privilegiar estéticos rituales, todavía menos. Nosotros no haríamos una ceremonia del té porque nos parecería que el tiempo entre los tiempos y pasos de la misma, es un tiempo perdido. En vez de estar haciendo gestos lentos y leves, nosotros, los estridentes y las desenfrenadas de este lado del mundo, BAILAMOS.


Sí, tenemos un pacto con la música, la rumba, la danza, la alegría. Hoy en el parque El Peñón, uno de los emblemáticos del sector Oeste privilegiado de Cali, por ser la zona cercana a los hoteles y al tradicional, barrio San Antonio, mientras movía todo el cuerpo y observaba, pensaba en lo singularES que somos en el país. 
Foto de Territorios Ciertos, tomada por Ana María Gómez

Nos convocan los pasos rítmicos del Jala Jala, o los suaves vaivenes de la milonga, y no nos seducen, las aglomeraciones como las marchas o las protestas para entrar en conciencia de alguna de las muchas causas sociales. Preferimos la montonera en los sitios de rumba y ahora, un poco más en los parques, porque somos solares, eléctricos, inconstantes, incausables. Vitales no dialécticos. Lo nuestro es estar entregados y entregadas paganamente a recordar que estamos vivas y que somos personas dispuestas a celebrar hasta la muerte con alegría.

NOTA: Clarita es una mujer de cerca de 70 años en la clase de baile en el parque El Peñon que antes de finalizar la rutina de estiramientos comparte que hoy 1 de Marzo, hace 32 años murió su hija, Juliana de 21 años en un absurdo accidente de tránsito en la carretera Cali- Buga. Luego de una pausa, nos dice que ella, cada día trata, como hoy jueves, dedicarle un minuto a ella de alegría, como el que siente al estar en la clase, porque sabe que a su hija le encantaría verla así, divirtiéndose. A la tristeza, nada. A la vida, todo. Namaste Clarita

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