Elaboración de preguntas Sandra Erika Gómez O. y Ana María Gómez V. Edición y revisión final Sandra Erika Gómez O.
PALABRAS CLAVE: mujeres, paz, memoria
Elvira Sánchez Rueda o Elvira Sánchez-Blake es autora de varios libros
de corte académico y de ficción y de numerosos artículos en revistas y libros
profesionales. Ha transitado muchos caminos,
incorporando en los más recientes una causa que algunas personas podrían
calificar más como una obsesión: contar, dar voz a quienes la historia oficial
no escucha. “Asumí la causa de la contrahistoria, la de ver el lado opuesto del
discurso oficial para cuestionarlo y darle voz a los que ocupan el otro lado”. Ha trabajado con colectivos colombianos como la Ruta Pacífica de las
Mujeres, las Mujeres por la Paz, la Asociación de Mujeres Tejiendo Sueños y
Sabores de Mampuján, Sembrandopaz (1) que se encuentran realizando también la tarea de hacer contrahistoria, paz y
memoria.
Elvira Sánchez Rueda/Blake en sus propias palabras ¿Quién soy yo? " La respuesta formal es que soy una periodista, académica, escritora. Autora de varios libros de corte académico y de ficción y de numerosos artículos en revistas y libros profesionales. He sido profesora de varias universidades: Cornell University y Michigan State University en los Estados Unidos; en la Universidad Autónoma de Yucatán en México y en la Universidad del Valle en Colombia. Debo decir que mi historia tiene dos identidades. Soy Elvira Sánchez Rueda cuando estoy en Colombia y Elvira Sánchez-Blake en Estados Unidos. Vivo en dos mundos, dos idiomas, dos culturas. Escribo en dos lenguajes: el académico y el creativo; en inglés y español. Mis libros se traducen y se conocen en varias latitudes. Sin embargo, en esencia soy una sola con un derrotero: trabajar por la paz del mundo y por la justicia social".
P. Elvira, háblenos de una mujer inolvidable.
ESB- Una mujer inolvidable, a nivel personal, es mi madre. Ella fue mi modelo como eje fundamental, con su función de simiente, árbol madre, que dispersa a su alrededor el nutriente de la vida. A nivel profesional, mi mentora académica, Debra Castillo en la Universidad de Cornell, de ella aprendí a compaginar las aspiraciones personales con las profesionales. Otra gran mentora ha sido la profesora de la Universidad del Valle, en Cali, Gabriela Castellanos. La veo como modelo a todos los niveles, como feminista, activista, luchadora, escritora y excelente profesora.
En
cuanto a escritoras, reconozco a figuras como Rosario Castellanos, Gioconda
Belli, Mayra Santos, Cristina Rivera Garza, Sabina Berman, Luisa Valenzuela y
Laura Restrepo, quienes me han guiado y formado en mi escritura. Como artista,
destaco a Violeta Parra, compositora cantante y activista, que marcó una pauta
en el ámbito latinoamericano. Por último, las lideresas colombianas, a quienes
admiro profundamente por su labor, Juana Alicia Ruíz, de Mampuján y a doña
Ludibia, presidenta de la Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo
(AFAVIT).
P. Cuéntenos una imagen de su infancia
ESB-Hago parte de una familia numerosa. Éramos
ocho hermanos. Compartíamos la pasión por la música (mi padre era un gran
músico), el arte, la literatura. Fui una lectora ferviente desde pequeña. Uno
de mis pasatiempos era recopilar los cuadernos que dejaban mis hermanos con
páginas en limpio para llenarlos de historietas. Me inventé una serie de
historias con personajes y situaciones. Trazaba los recuadros y dibujaba cada
uno con diseños, diálogos y expresiones que copiaba de las revistas de comics.
Así relataba historias complejas a lo largo de los cuadernos. Los compartía con
mi hermana, que era mi fiel lectora. Luego, me decidí por escribir diarios y
relatos. Inventé una clave para poder decir lo que se me ocurriera sin ningún
tipo de censura. Esa clave la mantengo hasta hoy. Me permite expresarme dando
rienda suelta a mis ideas sin limitarme.
P. ¿Qué la conmueve?
ESB- Muchas cosas me conmueven. Actualmente lo que
más me conmueve es la injusticia a todo nivel.
Los actos atroces que están ocurriendo a nivel mundial: el racismo, la
marginalización, la exclusión, la violencia, me horrorizan y siento que no me
puedo callar. En Colombia me apena ver cómo se desploma un proceso de paz que
se logró con tanto esfuerzo, en especial por parte de las organizaciones
sociales. Me conmueve ver que se repitan los mismos esquemas de injusticia que
llevan operando doscientos años en el país.
P. En su experiencia de vida puede decirnos ¿qué se necesita para escribir?
ESB- Hay muchos factores que influyen en la
escritura. El primero es el deseo de escribir, el impulso ferviente de plasmar
en palabras ideas, historias e inquietudes. El segundo, es formación. El oficio
de escribir conlleva una labor permanente de leer, componer, ejecutar y
revisar, revisar y revisar. Y por supuesto, disciplina y concentración.
Considero que la capacidad de analizar y de escribir con conciencia crítica es fundamental.
P. ¿Existe una escritura específicamente femenina?
ESB- Ese tema es muy debatido entre las teóricas
feministas. Luisa Valenzuela plantea que la escritura de la mujer parte del
cuerpo como sitio de enunciación para crear un lenguaje fluido propio y
auténtico. Yo me adhiero a este concepto
en el sentido de la apropiación de un lenguaje femenino. Sin embargo no
descarto que la literatura debe ser universal, para no caer en categorías
esencialistas.
P. ¿Qué puede decir acerca del feminismo?
ESB- Creo en el feminismo y me considero
feminista. El movimiento feminista ha sido fundamental en remecer estructuras
centenarias de dominación masculina. El feminismo ha permitido que las mujeres
se concienticen sobre sus derechos como seres humanos, y estos derechos
incluyen ser dueñas de su cuerpo, de su deseo y de la capacidad de decidir
sobre su sexualidad, sus parejas y su reproducción. El feminismo ha permitido
que las mujeres tengan acceso a la educación y a formar parte de los sectores
económicos, políticos e intelectuales del mundo. Las mujeres se han dado cuenta
de que tienen capacidad de pensamiento, de liderazgo y de productividad. Un
elemento muy importante es que se ha revelado el gran aparato de abuso y
violencia sexual a nivel de la sociedad, el cual se está empezando a visibilizar y a desmontar. El feminismo debe
ser transversal y contemplar los derechos de las poblaciones que sufren
marginación y exclusión.
P. Como estudiosa de tantos testimonios de mujeres y de sus organizaciones y de quienes han vivido el trauma del conflicto y la guerra, podría contarnos ¿ qué ha encontrado en común?
ESB- El
cuerpo es el eje esencial en todos ellos, sean estos narrativas o repertorios
simbólicos expresados en manifestaciones culturales o artísticas. La urgencia
de plasmar una memoria que permanezca y que toque los puntos sensibles de una
población. La identificación de los lectores o espectadores ante esa
manifestación de la memoria para crear conciencia y acción.
En
mi libro Patria se escribe con sangre,
yo sostengo “Los conceptos mujer y
patria se entrelazan alrededor del concepto cuerpo. El cuerpo obra como el eje
alrededor del cual gira la conciencia política y la búsqueda de identidad de la
mujer. El cuerpo es un instrumento de poder, pero también de agresión; es el
objeto del encarnizamiento de la violencia, y es igualmente, la permanencia, la
memoria de los que mueren o desaparecen. Es a través del cuerpo que se da la
búsqueda de identidad de la mujer, pero es asimismo la máscara que oculta o
representa sus múltiples roles” (Patria, 11). Es además, el sitio de resistencia
y de poder como sujeto que sobrevive y se convierte en agente de comunidades y
colectividades.
ESB- El arte
es una forma de visibilizar y crear conciencia alrededor. Y sobre todo, para
las mismas víctimas de reivindicar su dignidad. Muchas de las víctimas no se
han atrevido a hablar durante años sobre sus experiencias porque se sienten
humilladas, aisladas y señaladas en su dolor. Es decir, se encuentran inmersas
dentro el trauma. Cuando son capaces de expresar lo ocurrido dentro de una
colectividad que les reconoce sus derechos y que le da valor a sus
experiencias, su percepción cambia. Ya no son víctimas. Se convierten en
sujetos y esto las dignifica y las convierte en agentes de su propio destino.
P. En un material reciente que leímos sobre Resistencia Civil, se señala cierta similitud entre los métodos no violentos de la resistencia civil en lo cultural y lo simbólico con lo que usted y otros autores/autoras denominan, repertorios simbólicos o nuevas formas del testimonio a través del teatro, la danza, el canto, las puestas en escena, las exposiciones, las acrobacias, el humor, el performance. Tienen la característica que son efímeros y muchas veces espontáneos. Estos métodos lentamente y con persistencia, se van volviendo parte de la táctica de acción no violenta que los movimientos sociales usan para erosionar la dinámica de poder existente (recordar Las Madres de la Plaza de Mayo, Mujeres de Negro, etc.). ¿Cree usted que el arte confronta las dinámicas del poder y eventualmente pueda llevar al cambio social?
ESB- Yo
utilizo las definiciones de Diana Taylor (2) que conllevan las mismas conceptualizaciones en cuanto a utilizar los
repertorios efímeros, sean estos teatro, danza, canto o puestas en escena, para
confrontar las dinámicas de poder. Estos a su vez se convierten en conocimiento
y transferencia de información. De esta forma, el repertorio en cualquiera de
sus formas se reproduce y continúa de generación en generación. Por supuesto,
las Madres de la Plaza de Mayo, las Mujeres de Negro, las Arpilleras (3),
Las Dignas (4),
todos estos grupos de organizaciones femeninas, han sido modelos de una
protesta no violenta utilizando repertorios simbólicos de memoria, para visibilizar
los horrores perpetrados contra naciones enteras.
Diana
Taylor habla de un “ADN del performance”, definida como una “práctica que
persiste y participa en la transmisión de conocimiento e identidad” (The Archive, 174). Ella utiliza el
ejemplo de las Madres de la Plaza de Mayo, quienes usaron la “presencia” de sus
hijos desaparecidos (fotos, objetos, muestras de ADN), sobre sus cuerpos
durante las marchas para demandar respuestas sobre su paradero. A su vez, los movimientos que les siguieron,
Abuelas e H.I.J.O.S., establecieron una cadena de presentación y representación
que continúa hasta ahora.
P. Elvira, cuál sería su mensaje a las mujeres que han sufrido violencias.
ESB- Todas las mujeres hemos sufrido violencias.
Muchas veces no nos damos cuenta. Empecemos por ser conscientes de nuestros
derechos y de las responsabilidades que tenemos con los otros. El reciente
proceso de paz en Colombia nos enseñó que es posible unirnos como
colectividades en torno a una causa. Esta integración de valores, saberes y
poderes hizo patentes las opresiones que vivimos en la sociedad. Esta cruzada
debe seguir adelante. Debemos ser solidarias para luchar contra cualquier tipo
de opresión e injusticia. Los tipos de
violencias sexual y doméstica son unos de los males más endémicos que
experimentamos como sociedad. Las que las sufren deben denunciarlas; las que
las trabajan en organizaciones deben apoyar y orientar a las víctimas; las que
tienen la capacidad de visibilizarlas a través del periodismo, la academia, la
escritura, deben condenarlas desde todos los foros. Las que tienen acceso al
poder político, deben influir en las decisiones que condenen y sancionen la
violencia en todos los ámbitos. En nuestras propias familias y círculos
sociales, trabajemos por cambiar los patrones que propagan comportamientos
violentos y los perpetúan.
(2) Taylor, Diana. The Archive and the Repertoire. Durham and London: Duke UP, 2003.
(3) Las Arpilleras son una manifestación de artesanía comunitaria surgida durante la dictadura militar de Chile. Estos bordados eran realizados por grupos de mujeres —las arpilleristas— que plasmaban en sus obras, a modo de comunicación y denuncia, la búsqueda de sus familiares detenidos desaparecidos y otras temáticas sociales durante la dictadura de Augusto Pinochet. Recuperada de https://es.wikipedia.org/wiki/Arpilleras
(4) Las Dignas somos una organización política feminista que surgimos en el umbral del período de los Acuerdos de Paz – 14 de julio de 1990 – muchas de las que integramos la Asociación fuimos afectadas directamente por el conflicto armado, y durante más de una década de pos conflicto hemos desarrollado procesos intensos con miles de mujeres en apoyos terapéuticos que han contribuido a superar las afectaciones por las pérdidas de familiares y las pérdidas materiales. Recuperada de http://www.lasdignas.org.sv/quienes-somos/
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