miércoles, 23 de septiembre de 2020

Marguerite, Elizabeth y Mark

 "Puede ser - dijo el alquimista-, aunque hay tanto que decir en favor de la noción de inmortalidad como en contra de ella. Lo que primero abandona a los muertos es el movimiento, luego el calor y seguidamente, con más o menos premura, según los agentes a que se vean sometidos, la forma". Marguerite Yourcenar, Opus Nigrum.

El movimiento es vida. Lo sabía yo como deben saberlo tantos y tantas viajeras que van por el mundo buscando experiencias que luego atesoran como parte de su equipaje vital para siempre. Lo saben y lo sabemos los que hemos optado por atesorar esto: experiencias vitales. Experiencias vitales, en vez de bienes materiales, jugosas cuentas bancarias, inmuebles en algún lugar del mundo. Por eso, ahora, comprendo que cuando las personas deciden -y está claro que es su opción -cuando ellas deciden, sentarse en un sofá a ver televisión, empiezan a morir un poco.

Foto: SandraE of course. Tomada en Miami, Florida, USA

En nuestra cultura latina es tan común desear a otras personas, asentarse, queriendo decir que se lancen y empiecen a vivir una vida sedentaria gozando de la comodidad de un hogar, de las cuentas por pagar,  de las vacaciones programadas, como si fuera el tiquete al bienestar soñado, sin saber que, existen otras opciones. Incluso mientras escribo, caigo en cuenta que en portugués, la palabra aposentarse significa jubilación o retiro de la vida laboral.

Elizabeth, una mujer de unos 30 y tantos años, está desde hace un año y medio, rodando en su carro-casa, con su familia, que son su esposo y dos hijos. Ella, a quien encuentro de casualidad (como tantas otras cosas que me pasan) en un parque aledaño al lugar donde vivo en Cali, el Parque del Triángulo en el barrio San Fernando, me comparte que decidió hacer esto porque un buen día, en su país Argentina, pensó en su vida. Un trabajo como profesora que la mantenía ausente de sus hijos, quienes a su vez se mantenían encerrados entre cuatro paredes, y de su compañero, un comerciante. Lo que siguió, una vez tomó la decisión, fue convencer a su esposo y embarcarse. Y aquí están y van, todos probando. Adaptándose a una nueva forma de vivir. 

La encuentro en el parque ofreciendo sus productos, los alfajores artesanales y objetos de artesanía, mientras me comparte que en la pandemia, habían quedado atrapados en una ciudad que está a 180 kms de Cali, llamada Cartago, donde habían recibido la solidaridad desbordante de muchas personas. Regresaron a Cali apenas pudieron y se encuentran preparando su siguiente etapa, que esperan finalice, en México, y si pueden, de allí, saltar a Europa. Aunque tendrían que, en tiempos raros como éstos, tiempos de postpandemia, esperar un poco para saber más de su ruta. Mientras tanto seguirán VIAJANDO CON SIDDHARTA, como le han llamado a su casa ambulante y a la aventura que ésta, les ha permitido realizar hasta el momento.

Elizabeth enseña que hay otra opciones para vivir y educar. Cuando le pregunto precisamente por  esto, la educación de sus hijos, no parece tener apuro en lo que a esto respecta. Ellos siguen vinculados a un programa de estudio por televisión de Argentina, me cuenta. Y claro, entiendo su tranquilidad pues hablamos un poco sobre proporcionarles, la mejor escuela para la vida, que es esta experiencia de rodar, conocer, encontrar personas, lugares e historias en el camino. Una educación alineada con la visión de Mark Twain sobre los viajes, como la mejor herramienta para enseñar la tolerancia, liberarse de prejuicios y estrechez de mente y corazón ( agregaría yo).


Me aparto del carro-casa de la familia de Elizabeth, respetuosa, sin tomar fotos pensando que ellos como familia encarnan la inmortalidad en acción. Vivan los que son movimiento, cambio e impermanencia. Vivan los que arriesgan y sueñan otras formas de vida posible.


2 comentarios:

Edgardo dijo...

Sí, totalmente de acuerdo, ser nómada es lo primero que debe aprenderse en la vida, y no a "ser alguien" en el mundo creado por una humanidad infame

Elvira Sanchez-Blake dijo...

Sandra, captaste con certeza lo que significa el tema asentarse y aposentarse en el mundo pospandemia. A todos los que nos encanta viajar y hemos hecho de esta actividad nuestra forma de vida en la etapa poslaboral, nos ha caído un rayo que nos obligó a "asentarnos"y a cancelar viajes. Lo bueno de Elizabeth es que ella y su familia seguirán viajando una vez que se levanten las censuras. Lo bueno también es que ella tomó esa decisión a los 30 años. Por otro lado, esta etapa de asentamiento me ha permitido a mí personalmente dedicarme a escribir y a culminar proyectos que vivían inconclusos por los permanentes viajes y compromisos. La verdad, me ha caído bien este aposentarme en medio de la pandemia para rescatar mis rutinas de escritura que tanto gozo me producen.