En principio, la experiencia de buscar por internet lo que podía ser interesante sobre qué hacer en Miami, resultó provechosa. Sigo siendo un poco de la época en que preguntar es otro camino para llegar a una cierta ruta. Entonces eso hice y aproximé a una gran amiga, artista, que vive en Miami y con quien no tenía contacto desde tiempos inmemoriales. Toa Castellanos, amiga de comienzos de universidad, cubana en el exilio, iba rumbo a una exposición de su obra en Nueva York por lo cual no podía atenderme. Sin embargo, gracias a la magia de las comunicaciones al instante me orientó para lo que serían mis siguientes pasos en el pequeño villorio de Miami y alrededores.
Se trataba de aprovechar al máximo los días de sol y hacer las largas caminatas como acostumbro. La idea seguía siendo la propuesta de arte y cultura de esta ciudad. Y entonces, me fui a descubrir Wynwood o lo que gritan las paredes de Miami.
Wynwood es un distrito en el centro de la ciudad ( o lo que yo considero centro) que tiene como impronta principal, albergar uno de los números más grandes de galerías de arte para su tamaño. Está caracterizado por un punto central que se conocen como las paredes de Wynwood, pero desde allí como en el vértice de un huracan, hay un área de kms. a la redonda donde se pueden encontrar toda suerte de espacios creativos: galerías, casas-taller experimentales, hangares dedicados a construír y vender propuestas de arte. Algunas en una reminiscencia directa del arte pop de Andy Warhol y otras, una mezcla, una especie de híbrido entre arte y cultura de medios masivos que quedan retumbando en la retina. Mi plan como siempre empezar temprano con una buena taza de café y galleta integral o barra de granola.
Después de toda la aventura itinerante de ir descubriendo las paredes como lienzos, siento que es refrescante la experiencia del observador u observadora. Es una menos rigurosa y ceremonial que la de asistir a un museo. En esta tendencia de convertir la ciudad y sus calles /paredes en el "display" o exhibidor de arte, la obra nunca parece estar completa porque apenas empezamos a caminar, hay un detalle que repentinamente aparece y se incorpora. Un nuevo elemento que puede ser un peatón desprevenido, un automóvil que raudamente pasa y hasta una sesión de fotografías publicitarias.
Ya en los alrededores los parqueaderos y fachadas ofrecían imágenes entre oníricas y teatrales |
Seguimos esperando el cambio: Lennon, Marley y los demás. |
Al fin una artista en obra. Cuando la ví, dije se completa el circuito. |
Ah! eso si no debo dejar de mencionar otro de los descubrimientos del día. El Wynwood Dinner and Cocktails, en una esquina de la calle principal, con un bar/biblioteca surrealista por estar en un lugar como este. Sé que este tipo de bar cautivaría a muchas de mis buenas amigas lectoras. Allí disfruté una de las mejores cervezas negras que he probado: La Founders Porter.
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