De chacareras y zambas en otro hostal

La cruz en las Tres Cruces

Domingo, noviembre 4, 2017. En otro hostal porque mi suerte del primer día no alcanzó para tener un lugar durante todo el fin de semana en Che Lagarto. Tengo todas las intenciones de volver allí. Hice un pequeño bulto o equipaje y salí a este nuevo hostal cercano que se encuentra sobre toda la Avenida 18 de Julio, la principal calle de Montevideo. Y otra vez la perfección del universo me ha puesto en el lugar preciso, en contacto directo con la otra Uruguay: La Uruguay de los jóvenes que enfrentan a diario la realidad dura y cruda del país. 

En Acá me quedo, nombre del hostal donde me quedaré hasta que se abra una vez más espacio en el otro, he conocido a Eva (Evangelina), Bernardo, Mariela y Diego. A Diego en realidad no lo conocí si no fue un intercambio fugaz entre los turnos de conductor de taxi, que es a lo que se dedica ahora a sus 40 años. Al resto hasta los oí cantar, chacareras y zambas. Porque esto es lo que pasa en los hostales. La gente se encuentra, se cuenta la vida en canciones, entre risas y  buenos consejos.

Mariela Barboza y Bernardo en la guitarra

Mariela es quien mejor canta. Es música, compositora y trabaja entregando su don mientras la gente se transporta en los buses. Esta artista callejera gana en promedio USD $17 la hora. Ya concursó en un show de esos que buscan nuevos talentos y se ganó una mención de honor con una canción que ella misma compuso y que nos canta con gran sentimiento. Bernardo es del interior y también canta en los buses. Se vino a terminar la carrera en veterinaria pero para ayudarse trabaja como Mariela, rodando entre las rutas y avenidas del Montevideo que le parece carísimo. Tiene dos hijos que lo esperan ansiosos cada que él puede ir a pasar un fin de semana con ellos.

Eva es una uruguaya en el exilio. Hace 20 años vive en Madrid, España, donde tiene y regenta un mini-hostal, como ella misma le dice. Está en Montevideo en viaje de negocios. Tiene una propiedad en mal estado por una humedad y necesita reparaciones urgentes para volverla a alquilar. Está dirigiendo y apurando a los trabajadores para que hagan su trabajo de manera rápida y se ha encontrado la muralla o torre de babel de un gremio que no está siempre dispuesto a darle razón o cuentas a una mujer, así sea ella quien pague.

De los tres me encanta la facilidad con la que se abren y  comparten su historia. Eva, la "business-woman" es la que está más aterrorizada con los precios de todo en Uruguay. Alcanza a comparar y a decir que los mismos productos en Montevideo, cuestan hasta tres veces de lo que cuestan en Madrid. Todos le dan la razón. Viven en el hostal, pagando una mensualidad, y están de acuerdo que en los últimos años han sentido el deterioro en la calidad de vida: han perdido buenos empleos y con ellos buenos salarios, la canasta familiar se ha puesto por la nubes y algunos saben de personas que han venido perdiendo las casas familiares porque ya no las pueden pagar. Cuando les pregunto por qué creen que la vida está tan cara, uno de ellos me dice que no quiere hablar de política...y me quedo pensando entonces que como a muchas personas (entre las cuales me cuento) les falta claridad para conectar los puntos de cruce de la economía con la política de su país y con los de un tinglado mayor que es el panorama económico mundial... pero bueno, de inmediato, pasamos a la sección de la solucionática sin enredarnos en la problemática. Eva me dice que lo mejor es comprar las cosas para cocinar en algún supermercado cercano e ir a cocinar en el hostal, si quiero hacer que el dinero me rinda. Me convence y salgo con ella en búsqueda de verduras, queso, aceitunas y no sé cómo, de 1 kilo de carne picada (molida) que usualmente no consumo. 

Me voy a dormir rendida y tratando de recordar cómo se prepara una buena salsa bolognesa para tener en la nevera lista en los siguientes días. Me entretengo y mejor me quedo tarareando la melodía pegajosa de una zamba que cantó Mariela acompañada por Bernardo que decía:" Encuentro de fogones que invitan a matear".

P.S. Sin cambio, no hay conocimiento.