miércoles, 3 de mayo de 2017

Entre basílicas, museos, pirámides y...más ( Primera parte)

Abril 8 a 28. Viajar te saca de la rutina establecida para entrar a adquirir una nueva. Es tu cuerpo y tu mente ajustándose a lo distinto. Es tu experiencia construyéndose y re-construyendo tu ser de siempre. 
Y en este continuo movimiento y cambio he pasado desde mi última entrada a este blog. Los estados apremiantes de vivir a veces te ponen en pausa eso de ir registrando día a día lo que te sucede. Entonces luego te toca ir desenhebrando la madeja de la memoria para hacer la labor de recomponer los momentos.Y allí están, todos juntos emergiendo...creando el tiempo que fuimos.
Este tiempo en México ha sido de recorridos solitarios y luego en compañía de la "parce" de la Universidad del Valle con la que he tenido la fortuna de, a pesar de trayectorias de vida tan distintas, seguir compartiendo la cercana conexión del alma de las amigas. Y estoy hablando de Angela Medina Dueñas.
Ella llegó el 12 de Abril y entramos en modo turismo extremo. Claro que como tenía tiempo de estar explorando antes la zona, pues también fungí de guía turística.  Al llegar, no hubo tiempo sino de cambiar los zapatos de tacón que traía por los tenis y salir rumbo a la basílica de la virgen de Guadalupe.

 
Ninguna de las dos muy marianistas, tengo que decirlo, sin embargo, no pudimos evitar sentirnos perplejas. En la planicie, no hay nada más una basílica enorme. Hay una gran galería de iglesias de diferentes épocas, una siguiendo la otra y deslumbrando más y más porque en la medida que se vuelven más viejas, son más sencillas, y producen curiosidad genuina por entrar a mirar en sus entrañas lo que albergan. 
Hay además un efecto óptico al observarlas desde afuera y un motivo de perplejidad adicional: todas, casi todas están sufriendo los embates del hundimiento de la tierra en la que se encuentran construídas. Entonces se tiene la impresión de estar asistiendo a un desfile de torres de Pisa (Italia), en diferentes versiones y tamaños.
La mirada también viaja hacia los seres visitando la secuencia de templos. Algunos van hincados y en profunda concentración haciendo peticiones o agradeciendo, que las ya hechas, hayan sido escuchadas y cumplidas. No importa la edad del o la solicitante. 


























En realidad, la devoción a esta virgen es inmensa. Cada plaza, restaurante e incluso, en algunos vecindarios en las esquinas y casas, se ve la imagen de la patrona del país adornada con flores y velas. 
La "Guadalupe" es lo máximo aquí. Y cuando no es ella las otras tantas vírgenes de diferentes tonos de piel y grados de belleza, hacen su debut en las tiendas. Gracias a mi nueva compañera de viaje, pude encontrar un rinconcito donde todas pedían un minuto de atención al menos, porque estaban a una cuadra de la basílica y pasaban desapercibidas.
Benditas sean, las cara de bonitas, las no tan bonitas, las blancas, las quemaditas, las que fuman, las que esperan en una esquina. 







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