"La
luz en tu cabeza es el arte" Concha Buika
Entrevista
en INFOBAE TV
Entre
la escritura de mi última entrada y hoy 30 de Noviembre de 2018, no ha sucedido
realmente nada distinto a la vida. Y eso es una gran noticia. ¿Por qué? Primero
porque sigo respirando, haciendo yoga, escribiendo y reflexionando en este
viaje interno en el que siempre estoy antes de “embarcar” y hacer el cruce de
fronteras.
Y el
reflexionar además de ser un viaje interno prometedor, se ha convertido en una
mirada constante hacia las actividades y acciones que he realizado en estas
horas que separan mi vida, de una entrada a otra.
Sin
duda, mirar, observar constantemente con una pregunta en la mente, te lanza a
una tensión por querer descubrir una respuesta. Una para la que podemos o no
estar preparadas. Mi última pregunta me condujo a tomar una decisión: “revolucionar”
la ciudad que llevo en mí para encontrar una tribu. Una que permita conversaciones esenciales sobre la existencia, la post-existencia (como está
tan de moda la post-verdad, ¿por qué no empezar a hablar de esto?) y sobre el
entretanto.
Y he
allí que en el continuum de los pasos y pausas de este viaje interno, he visto
una película en Cine Colombia y un video que parecen “nada que ver” pero
terminan “todo que ver”, como en uno de esos ejercicios de creatividad de los talleres
dictados por la American Management Association que tomé en épocas pasadas.
Foto de internet a través de Google search |
La película, BEUYS en Cinecolombia alternativo
la proyectaron y la fui a ver con ojos de asombro. Es una mirada en modo documental
de la vida y obra del artista alemán, Joseph Beuys, a quien conocí años atrás en una visita que
hice a un museo en Estados Unidos. Recuerdo la obra, no el título y el sentimiento
que provocó. Una especie de instalación con mensaje guerrero y apocalíptico en
la que un helicóptero se encontraba literalmente impactando una de las paredes
del museo. Y claro, acto seguido, la pregunta: ¿Quién es este artista? Aquí en
Cali no sé cuántos años después estuve conociendo a través de la pantalla
gigante, quién era Joseph. Beuys era un artista, un activista quien hizo de su
vida y su obra un acto de provocación y de protesta. Creía en el arte como
cuerpo social y en el espíritu creativo como el recurso humano natural más
democráticamente distribuido. Por esto, cuando pudo y tuvo oportunidad,
proclamó que las escuelas de arte deberían ser espacios abiertos y no lugares,
templos para el ingreso de unas cuantas personas privilegiadas. La consecuencia
de su proclama, un juicio por parte de la institución educativa, en Dusseldorf,
al que el reaccionó con su cerebro instintivo, el más sabio: su discurso de
defensa fue un gagueo, o gugugueo infantil para tan erudita audiencia. Je!
En su
obra Joseph nos enfrenta al arte como terreno de experimentAcción: montó performance,
instalaciones, esculturas que surgían como verdades desproporcionadas.
Reivindicó lo orgánico en la obra misma y se entregó a propuestas alucinantes,
algunas incomprendidas. Hizo de su arte, un manifiesto, y de su dolor, una obra
irreverente, provocadora, desafiante.
Esta
película termina con una visión del hombre ya cansado. Había intentado integrar
y participar activamente de las huestes del partido verde alemán en sus inicios
y nunca fue aceptado. En los últimos minutos de la hora y 47 que duraba el
documental sobre su vida, este visionario esboza el siguiente planteamiento. El
arte es liberador porque nos interroga siempre. La dimensión política del arte,
sucede, cuando, la pregunta se construye de manera colectiva.
Foto de internet a través de Google search |
El video circulando en redes como Facebook
es un segmento de una entrevista más amplia que le hacen a Concha Buika, canta-autora
española https://www.facebook.com/sylvia.sanchez.927/videos/1719735754811026/. En este segmento ella nos comparte las ideas que tiene de la
iluminación, fenómeno que en este momento tiene tantas personas aspirantes, y
sobre cómo en su visión del mundo, este se logra a través del arte. Y aquí en
el video, como en la película de Beuys ya en los últimos minutos, encuentro
las palabras que están destinadas a perdurar y seguir haciendo pliegues y olas
en las aguas de mi conciencia. Allí
ella, Concha, dice: "la luz de la humanidad es su arte".
Una
película y un video, ¿cómo se conectan o sincronizan conmigo y con mi última
entrada? He ahí la cuestión. La exploración general, es, la importancia de la
tribu. La particular, es cómo construir tribu en un mundo como el actual donde
estamos pareciera ser cada vez más “conectados” pero menos dispuestas como
personas a tener conversaciones esenciales y transformadoras. En un momento de
la historia humana en el que es mejor mandarnos emoticons que tener
oportunidades reales para sentarnos a compartir un café o una cerveza, tratando
de entender el viaje interno de otros y otras?
Buika
con su certidumbre en la palabra de una vida hecha a pulso, dice que la tribu
es aquella que da confianza y te permite construir en vez de destruir la vida.
Beuys dice que el artista está tratando de dar expresión a las múltiples voces
que constituyen sus tribus internas. Sin embargo, en algún momento ese adentro
tiene que salir a reunirse en proyectos sociales, de tribu, y de allí su
búsqueda, en la política.
Una
conclusión posible para esta entrada sería entonces que en la decisión de
encontrar una tribu en donde sea que nos encontremos, deberíamos estar atentas
a los espacios que nos hacen sentir confianza, primero en nosotras mismas y
luego, en el colectivo que generan, porque allí, el devenir no traerá caos ni
destrucción sino apoyo y avance.
Para integrar a tribus pre-existentes como
partidos políticos, agremiaciones, grupos de defensa de derechos y libertades,
es necesaria la aceptación de quien eres por parte de estas tribus, con todo lo
que te da sentido y forma; es decir, con tu pasado, presente y tu potencial. Sin
esto, es mejor detenerse. Evitar cruzar las aguas (diría El I Chin), dedicarse a la no acción (dirían las runas, Je") y
esperar a que el tiempo sea el propicio. Quizás como diría un amigo: en estos casos es mejor no buscar
la tribu, sino dejar que ella te encuentren sin esfuerzo.
Podrían
nombrarse de mil formas...pero prefirieron llamarse Beuys y Buika.
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